Debemos Reflexionar sobre cuánto hemos avanzado y qué queda por hacer para que todos los niños puedan acceder a una educación de calidad en todo el mundo, ya que es un derecho humano y se encuentra consagrado en el artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La inclusión educativa es un proceso orientado a garantizar el derecho a una educación de calidad a los y las estudiantes en igualdad de condiciones, prestando especial atención a quienes están en situación de mayor exclusión.
El desarrollo de escuelas inclusivas, que acojan a los y las estudiantes, sin ningún tipo de discriminación, y favorezcan su plena participación, desarrollo y aprendizaje, es una poderosa herramienta para mejorar la calidad de la educación y avanzar hacia sociedades más justas, equitativas y cohesionadas.
Los establecimientos deben asegurar el derecho a la educación de todos y todas las personas de su comunidad, trabajando sobre dos puntos centrales: la eliminación de la discriminación y el abordaje de la diversidad (Ley N°20.845, de Inclusión Escolar). Sin una educación de calidad, inclusiva y equitativa para todos y de oportunidades de aprendizaje no se logrará alcanzar la igualdad de género ni romper el ciclo de pobreza que deja rezagados a millones de niños, jóvenes y adultos